viernes, 16 de octubre de 2009

LEYENDO UN POEMA DE CZESLAW MILOSZ (1911- 2004) 1era parte.



ARS POETICA



Siempre he aspirado a una forma mucho más amplia

que, libre de las aspiraciones de la poesía y la prosa,

nos dejase entendernos sin exponer a lector y autor a súblimes agonías.

En la esencia misma de la poesía hay algo indecente:

expresamos cosas que ignorábamos tener en nosotros.

De modo que parpadeamos como si hubiera saltado un tigre

y estuviese en la luz moviendo la cola.

Por eso dicen justamente que un demonio dicta la poesía, aunque sería exagerado

decir que se trata de un ángel. Es arduo adivinar de dónde viene el orgullos de los poetas

cuando tan a menudo quedan avergonzados por la revelación de su fragilidad.

¿Qué persona razonable sería una ciudad de demonios que se portan a sus anchas,

hablan en muchas lenguas, y no satisfechos con robarles sus labios y sus manos,

trabajan en cambiarle el destino para su convivencia infernal?

Es cierto que hoy se aprecia mucho lo mórbido; por tanto acaso pienses

que sólo estoy bromeando o simplemente has encontrado otros medios

de alabar el arte sin ayuda de la ironía.

Hubo un tiempo en que sólo los libros sabios eran leídos

y nos ayudaban a soportar nuestro dolor y sufrimiento.

Esto, después de todo, no es lo mismo

que hojear cientos de obras recién salidas de clínicas siquiátricas.

Y sin embargo es diferente de lo que parece

y nosotros somos distintos de cómo nos vemos en nuestros delirios.

Por tanto las personas preservan su identidad silenciosa

y ganan el respeto de sus parientes y vecinos.

El propósito de la poesía es recordarnos

qué díficil es seguir siendo una sola persona,

ya que está abierta nuestra casa, no tiene llaves y huéspedes

invisibles entran y salen a su antojo.

De acuerdo, no es poesía lo que digo ahora:

los poemas deben escribirse rara vez y de mala gana,

bajo penas intolerables y sólo con la esperanza

de que los buenos espíritus, no los malos, nos elijan

como instrumento.





Poema traducido por el poeta mexicano José Emilio Pacheco.


Un demonio me dicta leer un poema de czeslaw Milosz(1911-2004). Es un demonio dentro de otro demonio, y este demonio me hace leer su poemas, una alucinación perversa. La primera vez que leí el nombre de milosz, fue por el poeta Jorge Teillier, quien recomendaba mucho su lectura, por él conocí tambien a Renè Guy Cadou, Serguei Esenin, Renè Char, Georg Trakl, Hordenlin, Knut Hamsun y Francis Jammes, aunque de él en internet salen muy pocos poemas. Teillier tenía una fascinación por esos poetas desconocidos, muertos trágicamente y muy jóvenes. Con milosz sentía una identificaión, porque en su poemas de corte láricos, hablaba del paisaje de los bosques de su infancia, y los hacia con una belleza que tan sólo él la tenía. Teillier se sentía muy cercano a milosz en ese sentido, en cuanto a la temática tratada, las imágenes radiantes de naturaleza y espacios campestres. Así que a Teillier le debo una muy grande, por las conexiones que hice a leer sus poemas y mostrarme a esos poetas menores, pero que sin duda sus obras perdurarán en el tiempo. Este poema de milosz, retrata su estética sobre la poesía, palabra tan amplia y limitante, pero que los poetas sólo pueden decir de ella su más íntima verdad.Este poema presenta claramente signos de una declaración de principios, de una estética y ética, a la represantación de su pensamiento escritural entre lo artístico y lo poético, definiendo así sus sentencias sobre el tema: lo poético y el poeta frente a la escritura. Milosz nos presenta su visión en los siguientes versos:

"Siempre he aspirado a una forma mucho más amplia

que, libre de las aspiraciones de la poesía y la prosa,

nos dejase entendernos sin exponer a lector y autor a súblimes agonías.

En la esencia misma de la poesía hay algo indecente:

expresamos cosas que ignorábamos tener en nosotros".

En estos versos se expresa su deseo de explorar límites más allá de la propia poesía, y que sus límites de expresión no encierren al lector a sufrimientos y agonías, pero el autor que emite signos de emociones o lo que sea, si lo puede sentir porque aquello es su base, su cimiento para elaborar y proyectar su escritura poética. Con el verso, "en la esencia misma de la poesía hay algo indecente". Creo que se refiere a la locura, a lo perverso que puede llegar a ser, utilizar el lenguaje para crear poesía. Y con eso demuestra que la poesía es algo perverso, peligroso, porque el poeta no se condiciona a ser una buena persona, como todos piensan, en literatura hay poetas cobardes, tontos, miserables, patéticos, y falsos, llenos de soberbia y mediocricidades espirituales. Eso más o menos todo el mundo lo intuye, pero quizás la poesía se elva mucho, o se idealiza más de la cuenta que enceguece las apariencias, porque el poeta y la persona son entes distintos, disociados uno del otro.

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